lunes, 31 de enero de 2011

Por Horacio González (fragmento)

Tenemos el honor de contar con el prólogo 
escrito por Horacio González. Así comienza:
"Leonardo Favio le propone al cine argentino el enorme desafío de pensar el mito, las leyendas crédulas y el aire sacrificial de la vida popular. No se sabría decir si el cine debía afinar sus técnicas para encargarse de esas remotas cuestiones, o si en ellas ya estaba contenido un tipo de cine cuyos movimientos y nociones de espacio y tiempo, emanaban profundamente de lo popular. ¿Qué clase de vida popular? La entendida como arquetipo milenario y fábula de las criaturas desamparadas... (Horacio González, para La memoria de los ojos). Gracias Horacio!

viernes, 14 de enero de 2011

Entrevista con Juan Carlos Villarreal

Fragmentos del reportaje para el libro con Juan Carlos Villarreal, 
fotógrafo en las últimas tres películas de Favio
“Me fascinó su cine desde siempre. Allá por 1970, vi Crónica de un niño sólo. Yo tenía 18 años y me pegó mucho. Después, El dependiente, El romance… Ya estaba impactado por su obra y tenía el sueño de trabajar con él.”
 La primera vez que pensó en conocerlo personalmente fue durante el rodaje de Nazareno Cruz… Estuvo a punto a ir a la filmación, en Campo de Mayo, pero no se animó. “No lo pude concretar por timidez. Vi una y otra vez la película y cada vez encontraba algo distinto para disfrutar. Me impactó la plasticidad de las imágenes, la música, el relato.”
 (…) Cuando Favio estaba por filmar Gatica, decidió finalmente acercarse a conocer a su director favorito. “Esta vez no se me puede escapar, pensé. Un amigo, después de un trabajo de investigación, llamó a la pro­ductora. Dijo que era mi representante, que yo era un fotógrafo muy destacado y que ambicionaba colaborar con Favio. Mi intención era conocerlo y hacerle algunas fotos, ver la trastienda del set de filmación, con eso estaba hecho.”
(... ) La realidad fue superior a sus sueños. Le dieron una cita y lo contrataron para hacer la foto fija de la pe­lícula. “Yo no lo podía creer. Lo mío no pasaba por un trabajo; era trabajar al lado de un maestro. Por eso le voy a estar eternamente agradecido a Leonardo por haberme elegido.”