“Los personajes de Favio no tienen futuro, sino destino”, nos decía Martín Andrade, poeta, periodista, actor y colaborador permanente del director. La amistad entre ellos nació en un café de Callao y Córdoba, donde se juntaban desde críticos hasta pintores y jugadores de fútbol, después de las funciones del Cine Club Núcleo.
El título de la ópera prima de Favio surgió de la única entrevista formal entre ambos. Andrade (en la foto, con tijeras) era corresponsal de la revista brasileña O Cruzeiro y le hizo un reportaje titulado Crónica de un hombre solo (...) Andrade fue también quien inventó el título más largo del cine argentino: Éste es el romance del Aniceto y la Francisca, de cómo quedó trunco, comenzó la tristeza y unas pocas cosas más... (1967). Y a pedido nuestro, creó el título de este libro: La memoria de los ojos - Filmografía completa de Leonardo Favio.
Gracias Martín por el apoyo y nuestros encuentros.
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